La Orquesta Sensación: el alma bailable de la charanga cubana
En la historia de la música cubana, pocas agrupaciones han dejado una huella tan profunda como la Orquesta Sensación. Nacida en 1953 en el barrio Los Sitios de La Habana, esta orquesta no solo fue una de las grandes exponentes del estilo charanga, sino que además ayudó a transformar el sonido tradicional del danzón y el cha-cha-chá en algo nuevo, moderno y completamente bailable. Su nombre no es casualidad: la Sensación provocaba exactamente eso en quien la escuchaba por primera vez.
La banda fue creada por el músico Rolando Valdés, acompañado de los percusionistas Jesús y Miguel Esquijarrosa. Su objetivo era claro: rescatar el espíritu clásico del danzón, pero con una energía renovada que conectara con las generaciones jóvenes de los años 50. No pasó mucho tiempo antes de que lograran ese impacto, especialmente con la llegada del legendario cantante Abelardo Barroso en 1955, cuya voz potente y carisma desbordante catapultaron al grupo al estrellato.
Una de las claves del éxito de la Orquesta Sensación fue su innovación instrumental. En un tiempo donde las charangas se limitaban a la combinación de violines, flauta y ritmo, la Sensación rompió el molde al incorporar trombón y saxofón en su formato. Esta mezcla dio lugar a un sonido más robusto y vibrante, sin perder la delicadeza melódica que caracteriza al género. Llegaron incluso a utilizar hasta seis violines y dos bajos, generando una textura musical exuberante.
Su repertorio incluyó joyas como “En Guantánamo”, “Arráncame la vida”, “Macorina”, “Panamá y Caracas”, y muchos más. Estos temas no solo conquistaron las pistas de baile en Cuba, sino que también llegaron a sonar con fuerza en emisoras de Miami, Nueva York, Caracas y Ciudad de México. Grabaron más de 20 LPs y más de 100 sencillos, convirtiéndose en una de las agrupaciones cubanas más prolíficas del siglo XX.
Con el paso del tiempo, la Sensación fue más allá de la música. Para muchos cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, representó un símbolo de identidad cultural. En Miami, donde la diáspora cubana ha mantenido viva su memoria, no es raro encontrar oyentes que recuerdan sus canciones con lágrimas en los ojos y una sonrisa en los labios. La música de la Sensación es, para ellos, un puente emocional que conecta el presente con el recuerdo de una Cuba que ya no existe.
Hoy, más de siete décadas después de su fundación, la Orquesta Sensación sigue viva. Ya sea a través de reversiones modernas, reediciones digitales o agrupaciones dirigidas por músicos descendientes de sus fundadores, el espíritu de la charanga se mantiene encendido. Incluso plataformas como Spotify, YouTube y Apple Music han revivido su legado para nuevas generaciones que descubren este sonido con asombro y admiración.
La historia de la Orquesta Sensación nos recuerda que la música no solo se escucha: se siente, se baila, y se lleva en el alma. Es la prueba de que los buenos sonidos no envejecen, solo evolucionan. Y si alguna vez te cruzas con un cha-cha-chá que te haga mover los pies sin darte cuenta, es probable que estés escuchando a la Sensación. Porque lo suyo, como bien dice su nombre, es hacer historia... con ritmo.
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